Imagen tomada de: http://www.almamagazine.com
¿Despertando el Monstruo de las Nieves?
Por: Guillermo Ospina Morales
Grupo de Estudios Políticos Universidad Distrital
En esta época el mundo conmemora y celebra 20 años de la caída del muro de Berlín, la extensión de la democracia y el sistema capitalista, bajo los ideales de la modernidad del modelo estadounidense. El auge de Estados Unidos rompió las zonas de influencia desde 1997, en especial con el posicionamiento de la OTAN, en la antigua zona de influencia Rusa de los Balcanes y el Cáucaso. Sin embargo, tras la estabilidad recuperada por Rusia en los últimos años bajo los altos precios del petróleo y el gas, ha despertado (o intenta despertar) a aquel temido monstruo de las nieves que aterrorizo al mundo durante 50 años.
Hacia 1997, Estados Unidos, dio muestras de su victoria haciendo una retadora invitación, el 9 de julio de 1997 a los países satélites de la antigua Unión Soviética a pertenecer a la OTAN, siendo estos: Polonia, Hungría y la República Checa, que se integrarían rápidamente; y haciendo uso de su desfachatez, el día siguiente, al hacer pública la invitación a Ucrania. La ampliación de la OTAN buscaba generar una estabilidad europea, después de la sangrienta separación de Yugoslavia (en especial el conflicto serbio-bosnio) entre 1992 y 1997.Una intención de cercar a Rusia y reemplazarla como país hegemónico de la zona se consolidaba con el tentativo ingreso de Rumania y Eslovenia. Una bofetada para lo que fue Rusia, lentamente se vería cercada por su gran enemigo, el bloque militar dirigido por Estados Unidos, La OTAN, y no seria para menos la paranoia, además de la pérdida paulatina del corazón de la influencia de Rusia (Europa del Este), la creación de una “alambrada” que separaría a Rusia de su vecindario, con la mencionada invitación a Ucrania, además, la tentativa a Lituania, Letonia y Estonia. Así, con este temor, Rusia fue desapareciendo de la escena internacional, convirtiéndose en una leyenda de museo, y, tal vez, hubiese desaparecido de no ser por su gran riqueza, el petróleo.
Con algunos años en el anonimato Rusia se refugió en sus gélidas tierras, mientras Estados Unidos (y Hollywood) se paseaban tranquilos por el mundo promoviendo la democracia, la libertad y el capitalismo. Con esta política estadounidense y las intenciones de establecer escudos antimisiles en el patio de Rusia, es decir, en Polonia y República Checa, nos trajo un recuerdo de 1962, en versión rusa. Además, el reciente reconocimiento de la independencia de Kosovo, fue una tercera gran bofetada para el Kremlin. Así, una Rusia vapuleada se mantuvo alejada de los grandes escenarios internacionales.
Esta situación tan vergonzosa, para el otrora imperio zarista y comunista, hubiese continuado de no ser por la riqueza de las heladas e inhóspitas tierras rusas, el poder en la producción de gas y petróleo, que siendo exportado a Europa obligaba a los Estados europeos a intentar mantener una relaciones “cordiales”, hasta que llegase el momento de que Rusia fuese en busca de su “Destino Manifiesto”. Este proceso se inició después de la segunda mitad del año 2008, la Guerra de Georgia, donde las regiones separatistas de Osetia del Sur y Abjasia, encontraron el apoyo del Kremlin; y aunque el futuro vicepresidente de Estados Unidos, John Biden, dio un espaldarazo al gobierno de Tiblisi (Georgia) en su lucha contra Rusia y el ingreso a la OTAN, Rusia demostró su recuperación en el escenario internacional, no sólo en su lucha en Georgia, si no también la victoria la consiguió evitando el acceso de Georgia a la OTAN, en la reunión celebrada en Bucarest. Despertando así de un letargo para el año 2009 y posicionándose de nuevo a nivel mundial.
Con la políticas de Medvedev y de Putin, Rusia se re-encarriló como potencia en el escenario internacional, después de la victoria moral (y militar) en Georgia, Rusia aplico la ley del talión con estadounidenses. Con la OTAN y Estados Unidos en las narices de Rusia, era necesario hacer los mismo, de esta manera, Rusia busco el lobby con la política venezolana, firmando así un millonario acuerdo para suministrar armas a Venezuela, su principal socio en Suramérica; situación que, con los ejercicios militares de destructores, buques de guerra y soldados, comenzó a inquietar la seguridad del los Estados Unidos, tanto así, que mantiene alerta a la Segunda Flota de la armada norteamericana ubicada en el atlántico. Pero Rusia no se contento con aquello , buscando hacerle sentir, a los Estados Unidos, el mismo temor que a ella le genera el merodeo en sus satélites, ha hecho gestiones para venta de armamento al gobierno de Bolivia, y acercamientos con maniobras militares en Nicaragua y Cuba.
Los últimos meses han revivido la incertidumbre sobre una nueva Guerra Fría, tal vez, el pensar esto sea muy impertinente y alarmista, pero, al parecer, las potencias buscan un re-equilibrio, potencias alicaídas, que se apoyan la una en la otra, con el fin de mantener su poder, ya que ninguna de ellas puede hacer el papel como gran potencia mundial. Si bien el monstruo de las nieves no ha despertado, sí soplan los helados vientos que acompañan su presencia.
Hacia 1997, Estados Unidos, dio muestras de su victoria haciendo una retadora invitación, el 9 de julio de 1997 a los países satélites de la antigua Unión Soviética a pertenecer a la OTAN, siendo estos: Polonia, Hungría y la República Checa, que se integrarían rápidamente; y haciendo uso de su desfachatez, el día siguiente, al hacer pública la invitación a Ucrania. La ampliación de la OTAN buscaba generar una estabilidad europea, después de la sangrienta separación de Yugoslavia (en especial el conflicto serbio-bosnio) entre 1992 y 1997.Una intención de cercar a Rusia y reemplazarla como país hegemónico de la zona se consolidaba con el tentativo ingreso de Rumania y Eslovenia. Una bofetada para lo que fue Rusia, lentamente se vería cercada por su gran enemigo, el bloque militar dirigido por Estados Unidos, La OTAN, y no seria para menos la paranoia, además de la pérdida paulatina del corazón de la influencia de Rusia (Europa del Este), la creación de una “alambrada” que separaría a Rusia de su vecindario, con la mencionada invitación a Ucrania, además, la tentativa a Lituania, Letonia y Estonia. Así, con este temor, Rusia fue desapareciendo de la escena internacional, convirtiéndose en una leyenda de museo, y, tal vez, hubiese desaparecido de no ser por su gran riqueza, el petróleo.
Con algunos años en el anonimato Rusia se refugió en sus gélidas tierras, mientras Estados Unidos (y Hollywood) se paseaban tranquilos por el mundo promoviendo la democracia, la libertad y el capitalismo. Con esta política estadounidense y las intenciones de establecer escudos antimisiles en el patio de Rusia, es decir, en Polonia y República Checa, nos trajo un recuerdo de 1962, en versión rusa. Además, el reciente reconocimiento de la independencia de Kosovo, fue una tercera gran bofetada para el Kremlin. Así, una Rusia vapuleada se mantuvo alejada de los grandes escenarios internacionales.
Esta situación tan vergonzosa, para el otrora imperio zarista y comunista, hubiese continuado de no ser por la riqueza de las heladas e inhóspitas tierras rusas, el poder en la producción de gas y petróleo, que siendo exportado a Europa obligaba a los Estados europeos a intentar mantener una relaciones “cordiales”, hasta que llegase el momento de que Rusia fuese en busca de su “Destino Manifiesto”. Este proceso se inició después de la segunda mitad del año 2008, la Guerra de Georgia, donde las regiones separatistas de Osetia del Sur y Abjasia, encontraron el apoyo del Kremlin; y aunque el futuro vicepresidente de Estados Unidos, John Biden, dio un espaldarazo al gobierno de Tiblisi (Georgia) en su lucha contra Rusia y el ingreso a la OTAN, Rusia demostró su recuperación en el escenario internacional, no sólo en su lucha en Georgia, si no también la victoria la consiguió evitando el acceso de Georgia a la OTAN, en la reunión celebrada en Bucarest. Despertando así de un letargo para el año 2009 y posicionándose de nuevo a nivel mundial.
Con la políticas de Medvedev y de Putin, Rusia se re-encarriló como potencia en el escenario internacional, después de la victoria moral (y militar) en Georgia, Rusia aplico la ley del talión con estadounidenses. Con la OTAN y Estados Unidos en las narices de Rusia, era necesario hacer los mismo, de esta manera, Rusia busco el lobby con la política venezolana, firmando así un millonario acuerdo para suministrar armas a Venezuela, su principal socio en Suramérica; situación que, con los ejercicios militares de destructores, buques de guerra y soldados, comenzó a inquietar la seguridad del los Estados Unidos, tanto así, que mantiene alerta a la Segunda Flota de la armada norteamericana ubicada en el atlántico. Pero Rusia no se contento con aquello , buscando hacerle sentir, a los Estados Unidos, el mismo temor que a ella le genera el merodeo en sus satélites, ha hecho gestiones para venta de armamento al gobierno de Bolivia, y acercamientos con maniobras militares en Nicaragua y Cuba.
Los últimos meses han revivido la incertidumbre sobre una nueva Guerra Fría, tal vez, el pensar esto sea muy impertinente y alarmista, pero, al parecer, las potencias buscan un re-equilibrio, potencias alicaídas, que se apoyan la una en la otra, con el fin de mantener su poder, ya que ninguna de ellas puede hacer el papel como gran potencia mundial. Si bien el monstruo de las nieves no ha despertado, sí soplan los helados vientos que acompañan su presencia.
3 comentarios:
muy buen articulo pero me queda la inquietud si realmente las alianzas de Rusia con algunos paises de America Latina realmente sean una amenaza para la vieja potencia de Estados Unidos
NHM
En mi opinión personal, creo que la caidad de la Unión Sovietica lejos de pretender la caida de un gran estado, lo que hizo fue suavizar las cargas para el gran estado Ruso. Rusia a guardado austeridad estos años, pero creo que aún sigue siendo una potencia para tener en cuenta.
No creo que renazca una guerra fria, pero si creo que en el juego de las alianzas y del dominio mundial no hay "cama pa tanta gente".
Yo dudo mucho de lo que pueda suceder, miren lo que le paso a Austria, despùes de ser un imperio se vió reducido a nada tras sus fallidos intentos de aliarse con los fuertes. Yo digo si no tienes capacidad de responder, mejor no te metas. Ojalá Rusia ni Estados Unidos se confien tanto de sus propias fuerzas, porque tal vez sean más débiles de lo que pensamos.
Saludos y adelante muchachos.
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